NOTA: Capot - Pagina 12 (J.Cejas)


EL GRUPO PATA DE MUSA TEATRO SORPRENDE EN LA CALLE CON "CAPOT".

Cómo hacer una road movie tetral

En "Capot", el transeúnte desprevenido será transformado en espectador a partir de la irrupción de un auto en la calle con dos personas que son tres y que entran en algo que se parece a un plano abierto de cine. Pero siempre hay algo más.

El grupo Pata de Musa Teatro estrenó este sábado frente a la puerta del C.E.C (Sargento Cabral y el río), "Capot" (historia en plano secuencia) propuesta callejera interpretada por Paola Chávez, Carlos Rossi, Nicolás Marinsalta y Ariel Hamoui, con dramaturgia y dirección de Miguel Bosco y Esteban Goicoechea. Este original trabajo que continuará el próximo sábado en el horario de las 17:45, recibió el Premio Coproducciones 2009 de la Municipalidad de Rosario y seguirá durante lo que resta del año con funciones a la gorra. Rosario/12 dialogó con los responsables de esta movida, creadores y protagonistas de un grupo en permanente estado de experimentación que ocupa una buena parte de la cartelera rosarina con sus recientes reestrenos. Esteban Goicoechea y Miguel Bosco ya venían indagando en una búsqueda cinematográfica que recaló sobre el cine de David Lynch, en "Mirta muerta", estrenada en el 2008 y que se repone todos los domingos de setiembre a las 21 en Bravo (Pasco 1714).

"Siempre pensamos que la calle no soportaría una estética con el registro de actuación cinematográfica. En la calle se ven despliegues más grandes, circenses, acrobacias, esto es lo que llama la atención. El registro cinematográfico es una apuesta muy grande que hicimos ya que implica algo mínimo y de detalle, en el estilo de lo que veníamos trabajando en `Mirta Muerta'. Con esa estética casi cinematográfica tratamos de generar un realismo televisivo y llevar eso a la calle, captando la atención de gente que no está contenida por una sala, por la oscuridad o por el silencio", describe Goicoechea.

Una vez más los integrantes de Pata de Musa Teatro, apelan a la fusión de los roles de dramaturgia y de dirección en un mismo rol compartidos y vuelven sobre un procedimiento que les ha dado buenos resultados: Partiendo de la dramaturgia de autor y del entrenamiento a partir del trabajo del director junto a los actores como generador de material escénico en la improvisación.

Para Miguel Bosco se mezcló algo del hapenning, ya que en principio se trataba de una estrategia para atraer espectadores a partir de un juego que consistía en estacionar un auto, mostrar una pelea de pareja, sacar un anuncio y repartir volantes, pero después la estrategia se transformó en una obra con sus propios códigos.

A lo largo de la entrevista el tema del público resultó una constante para estos jóvenes creadores que intentan nuevos caminos y a veces atajos estéticos para profundizar un estilo de trabajo no pensado en principio para espectadores acostumbrados al mero divertimento.

"Siempre trabajamos de esa forma, donde algunos lugares quedan a criterio de el espectador, nos gusta jugar con lo ambiguo, es un equilibrio que manejamos y que no queremos que se vuelva críptico o cerrado y deje afuera a espectadores, el espectador mete su cabeza para completar, tiras dos puntas y el receptor las quiere unir y se arman historias enriquecedoras", dicen Bosco y Goicoechea.

En "Capot", el objetivo es según sus realizadores, intentar sorprender al espectador, llevarlo o arrastrarlo por una línea emocional y vincularlo con los actores, con el aquí y ahora, más allá de lo racional o de la historia misma en un contexto de performance urbana.

Por momentos se busca un espectador sorprendido y enfrentado a la incertidumbre sobre lo que va a suceder a continuación, dado por la situación teatral que acontece y el espacio real urbano donde se realiza.

"El tema del público es bastante contradictorio, con la estética y el lenguaje de las obras no llegabámos a mucha gente, queriamos llegar ser mas populares", acota Bosco. "Con `Mirta Muerta' hay un lenguaje que lleva más espectadores y en Edipo también, pensamos en la sensación que queríamos generar en el espectador, cómo tendría que sentirse frente a estas propuestas", completa Goicoechea.

En "Capot", el transeunte desprevenido será transformado en espectador a partir de la irrupción de "un auto en la calle con dos personas que son tres y que entran en algo que se parece a un plano abierto de cine", de pronto se estará en presencia de "una historia de amor en primer plano, que no se detiene ahí, porque el plano es secuencia y ya no son tres personas sino cuatro o más, y el foco ahora se detiene en una tranza familiar".

-Aparece el tema de la familia disgregada otra vez, el embarazo de ella, la violencia urbana, algo sórdido, pesado se huele en el aire.

-Sí, se trata de una discusión de pareja donde se mete el hermano de él y el padre de ella en un negocio con el hermano, lo que parece una familia normal, no lo es y hay una transa de negocios pesados, aparecen las miserias de ellos, ella tiene esa personalidad fuerte, y que ella esté embarazada y los otros actúen violentamente contra ella acentua mucho lo de personajes miserables aseguró Goicoechea.